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Basados en el partido pasado podíamos pensar, y con razón que Nacional era el favorito para estas finales. Sin embargo hoy Peñarol se asimiló a lo que fue en el torneo clausura, en el cual fue campeón invicto.
El primer tiempo fue parejo con una superioridad mínima de Peñarol por la calidad de las intervenciones de sus atacantes y la frecuencia con la que buscó el gol. Pacheco, tras una jugada excepcional de Martinuccio, lograron un gol crucial cuando moría el primer tiempo. Así los carboneros consiguieron un envión anímico de gran importancia para encarar el segundo tiempo.
El complemento mostró a un Peñarol claro en la mitad de la cancha y solidó en el fondo del campo. Por la otra parte Nacional no fue claro y encontró sus mejores ocasiones en la pelota parada ya sobre el final del partido. En la segunda parte llamó la atención las expulsiones del árbitro. Expulsó a Calzada (NAC), Matías Cabrera (NAC), Urretaviscaya (PEÑ), Rubén Olivera (PEÑ) y al técnico de Nacional Eduardo Acevedo.
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